miércoles, 25 de noviembre de 2015

El nuevo empleado, ese tal Marcos

Ante la atónita mirada de los detectives Cutruli y Fisgón Ciego, hace su presentación Marquitos:
-Con mucho permiso, dijo un borrachito. ¿Que tal, todo bien?-parece saludar a Cutruli, para luego mirar a quien lo ha llamado, y decirle-, tanto tiempo, ¿Así que ahora jugas a los detectives, Fisgon?
-Algo así-contesta Fisgón, quien es el que al parecer lo conoce, pues agrega:
-Te presento a Evaristo Raul...
-Cutruli-termina la frase el detective que se refiere, quien extiende la mano a ese tal Marquitos, para decirle:
-Bienvenido a la oficina de Detectives, Policiales y Misterios.
Fisgón, a partir de ese impertinencia dicha por Cutruli, lo mira con esa mirada malvada, esa que ensaya todas las mañanas en el baño de la oficina, para recriminarle y explicarle a Marquitos :
-Lamentablemente, nuestro socio fundador, al registrarse en el periódico, hizo llamar así a nuestra organización (Cutruli le alcanza el diario, con el nombre de la organización y el teléfono), así que te pido disculpas si esto no parece serio amigo Marcos.
-Descuida, Fisgón, estoy acostumbrado, y ¿Que hacen acá, tienen trabajo?
-Justamente para eso te llamamos, tenes un caso, urgente.
-¿Urgente?-pregunta ese tal Marcos, a lo cual adjunta:
-Ni una copa me puedo tomar antes tranquilo.
-Eso lo arreglas después, toma, esta es la foto del sujeto, y acá esta la dirección, encontralo, y fíjate si alguien lo sigue. Obviamente, para eso, el cliente no debe pensar que vos lo seguís, así que te escondes bien.
-Cuantas instrucciones Fisgón, ni que fuera un chico, ¿Siempre es así tu amigo?-le pregunta a Cutruli, señalando a Fisgón.
-No se, es la primera vez que delegamos trabajo-contesta como excusándose Cutruli.
-Bueno, a trabajar, ¿Cuanto tiempo tengo?-Ahora proactivo, Marcos.
-Horas nomas-Obliga Fisgón.
-Ya vuelvo.
Marcos se despide dándoles un apretón de manos y cierra la puerta.
Sus ahora respectivos jefes, se preguntan, como dudando:
-¿Lo encontrara?
-No se-dice Fisgón- Por lo menos va a estar ocupado en eso.
-¿Y si lo seguimos?
-¿Que no confías? lo va a hacer bien, quedate tranquilo
-No puedo, tiene pinta rara este pibe, como de borracho.
-Bueno, seguilo vos, que yo me quedo a atender el teléfono.
-Ya vengo.
Cutruli sale corriendo por la escalera, como preocupado.
Ahora sigue a su empleado, que va en búsqueda de un cliente, cliente que no sabe que han tomado su caso.
Fisgón, reclinándose en el asiento, se dice que todo marchara viento en popa a partir de ahora, así que entre que se adentra a una siesta, el teléfono no tarda en sonar para despertarlo.
Atiende, contesta -a su destinatario-que no, que vaya a un bar luego de dar con la casa de su cliente, a ese interlocutor a quien parece dar ordenes.
Corta y piensa que su interlocutor, ese tal marcos, tal vez si, sea un borracho enserio. Aunque una duda lo asalta, como hizo para conseguir el teléfono de la oficina.
Fisgón, entre dudar y dormir, prefiere dormir.
Así que, como buen detective, se duerme.

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