lunes, 23 de noviembre de 2015

El cliente y dos llamadas

Como decíamos, mientras festejan que han recibido sospechosamente su primera paga, el teléfono los reclama.
-Atende vos, Fisgón -dice Cutruli.
-¿Y que digo, Oficina Fisgón?
-No, oficina de detectives.
-Eso no tiene estilo.
-Deci hola aunque sea.
Fisgón se aproxima a tomar el teléfono, para decir:
-Diga.
Al otro lado seguramente una voz dudosa, temerosa, intrigada, que por algo los ha llamado, contesta:
-Si, ¿hablo con la oficina de Detectives y acertijos?
Fisgón, antes de contestar, lo mira a Cutruli, entre risa, y a la vez frunciendole el ceño, como queriendole decir algo.
-Si, habla con la oficina correcta, Detectives, Policiales y misterios, que quiere -siempre tan dulce Fisgón
-Viera usted, tengo un problema.
-Es con su mujer -con lo cual Fisgon delata que quien ha llamado es un hombre.
-No exactamente, tiene que ver con otra cosa.
-Su mujer tiene un amante.
-Que no tiene que ver con mi mujer, hombre, escuche.
-Diga.
Fisgón, asintiendo con varios ajam, y preguntando en una parte del relato si se trata de una broma, escucho atentamente a su interlocutor, para finalmente decirle:
-Uruguay 230, 3º "E", de inmediato.
Y cuelga.
Se oyen las primeras gotas de lluvia que habían prometido para la noche.
Estos meteorólogos no aciertan una eh-dice Fisgon, y agrega, ¿como vas a publicarnos como Detectives profesionales, con experiencia en policiales y misterios?, ¿que somos, joda?.
-Sabia que te iba a gustar, y mas con lo de los misterios-dice Cutruli.
-En eso tenes razón, pero tampoco era para tanto, así no se si nos van a contratar un carajo.
-Si vos pensas así, como crees que ya nos llamaron. ¿Quien era?
-Un tipo.
-¿Y que le pasaba?
-Que le pasa.
-Si, ¿Que le pasa?
-Nada.
-¿Como nada boludo? ¿Que te dijo?
-Que desapareció su..
-¿Su que?- interrumpe Cutruli, impaciente.
-No interrumpas, se le desapareció su..
-Su señora-vuelve a interrumpir Cutruli.
-No, yo también pensé eso, dejame terminar.
-Dale.
-Desapareció su perro.
-Es joda.
-También lo pensé, pero no.
-Y le dijiste que venga.
-Quinientos hay.
-¿Quinientos? ¿Quien es?
-¿Que se yo?
-¿Vendrá?
-De inmediato.
Han pasado quince minutos de la llamada, cuando de repente suena el timbre,
-Suba- dice Fisgón por el telefono que conecta a la entrada del edificio.
Al escuchar la puerta tocarse, Cutruli se esconde en el baño como un niño.
Fisgón dice una palabra : Pase. El cliente entra.
Es un hombre gordo, y a Fisgón le parece conocerlo de algún lugar.
-¿Que tal detective?, mucho gusto.
-Al grano, trajo fotos.
-Si, pero no me gustaría dejárselas a usted.
-Están en buenas manos hombre, puede confiar.
-Esta bien, ¿Para cuando cree que lo encontraran?
-Depende de que tan lejos este.
-Ya le dije que lo robo mi vecino.
-Y de confirmarlo, ¿Que desea que hagamos con él?
-¿Es matón usted?
-No.
-Y entonces porque me lo pregunta.
-Porque nos parece que usted tiene ganas de ajusticiar a su vecino.
-No se equivoca, pero porque dijo nos parece, si aquí no hay nadie mas.
Fisgón mira hacia su baño, con ganas de delatar la posición infantil de su socio, pero se piensa que tal vez ese juego sirva, hasta que dice:
-Tiene razón, dijo nos parece, pero es para referirme a mis voces interiores, sépalo señor..
-Señor Caceres.
-Ok señor Caceres, si es su vecino, ¿Por que viene aquí? ¿Que pretende?
-Pruebas, solamente eso.
-El dinero sigue siendo el que acordamos.
-Si claro.
-Entonces vaya desenfundandolo porque cobro por adelantado.
-Esta bien, pero quiero resultados.
-Inmediatos.
-Inmediatos- y le extiende un fajo con quinientos pesos.
-Hasta la noche.
-Tan rápido.
-Si, y señor Caceres, dígame, si el perro esta donde dice usted, lo seguimos dejando ahí.
-Usted puede llevármelo a mi casa.
-Y ahí le cuesta un poco mas.
-No importa, eso luego lo arreglamos.
-No, que luego lo arreglamos ni que mierda, sale quinientos mas. Así que en total son siete mil.
-Es un hombre rudo, señor detective, me gusta eso. Acepta tarjeta.
-No.
-Se lo doy cuando lo lleva a casa, dele.
-Esta bien, desaparezca de mi vista, y confíe.
Se dan un apretón de manos de despedida, hasta que Cutruli sale, y dice:
-Necesitamos cobrar virtualmente ahora.
-Y si, aunque también necesitamos revólveres.
-¿Vos decís?
-Y tal vez mas gente.
-¿Mas gente?
-Si, para delegar estos casos pelotudos.
-Caso pelotudo pero hay mil mangos, y aparte ya te veo agarrando el animal ese.
-Mira lo que esta bestialidad- Fisgón extiende una fotografía del animal que hay que rescatar.
-Uhhh, es enorme. Bueno, ¿Como hacemos?
-A mi me preguntas, ni idea, agarrándolo.
-Ok, metamosle que hay trabajo.
Ya es de noche, se encuentran rumbo hacia la oficina.
-Vamos en taxi-sugiere Cutruli.
-Sos nabo vos, con que plata- dice Fisgon.
-Con la que nos dio el tipo.
-Eso lo tenemos que usar para viajes mas largos, para cuando deleguemos estas pelotudeces.
-Y en bondi.
-No tengo SUBE, ni monedas.
-Bueno, vamos caminando.
Han concluido su primer caso,  rescatado a la bestia, dejándola en una casa indicada por el hombre gordo sin verlo a este, y están caminando, ya exhaustos por la Gran Avenida.
Al volver a la oficina todos mojados por la lluvia tremenda que se ha largado este día, vuelve a sonar el teléfono.
-Que mierda, dice Fisgón, quien jode a esta hora.
El que ahora se dispone a atender Cutruli:
-¿Hola?
-Si, los detectives.
-Si, con los mismos, ¿Con quien tenemos el gusto de hablar?
-Con el del diario, de esta mañana.
-Ah si, ¿Como anda amigo?
-No tan bien como seguramente anda usted.
-Tampoco para tanto, que le anda pasando.
-Si, le cuento que no solo lo llamo para decirle que me dio 10 pesos falsos usted, sino avisarle que vino un tipo con cara de loco que los anda buscando.
-¿Para que?
-No se-dice el tipo del diario.
-¿Y como era el tipo?
-Un gordo.
-Nos anda buscando.
-Parece que si.
Cutruli hace uso de la opción de colgar, para decir:
-Vamos a tener que cambiar el numero o el tipo del diario nos va a encontrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario