domingo, 31 de mayo de 2020

Proyectado

Leía.
A pesar de la low batery que marcaba mi celular. 1%. Leía Ubik. Cargadores Ubik aparecerán instantáneamente autogenerados por tu celular que comenzará a cargarse automáticamente cada vez que lo necesite. Genial. Esa era la solución a todos los problemas. Y no podía encontrar el cargador en el quilombo de pieza en el que vivía. Encerrado, aislado desde hacía un par de días, comiendo porquerías, tomando poca agua, orinando en una jarra, viendo a las hormigas inspeccionar un rincón durante horas a pesar de las arañas. Las hormigas tienen una ética y saben que lo que están haciendo es una investigación en un espacio extraño. Fue ahí cuando tuve la epifanía. Un flashback me vino a la mente y me mostró al japonés del cyber "Japan" y su recuerdo de cuando me dijo que en su adolescencia había estado hikikomori. Aislado. Habrá olido tan mal como ahora olía yo. Pieza. Encaje. Componente de la casa. Encerrado. "Allí", recordaba que me decía, "aprendí mucho de mi". "Y de todo". "Mucho." "Leía." Fue ahí cuando comprendí que si existía algún obstáculo que me impedía hacer algo, era por mi mismo.
Fue por eso de conocerse o en realidad para ganar plata que comencé a escribir una historia.
 La siguiente parte no es mía sino del proyecto que comenzamos con Soto años atrás que en realidad se llamaba LOS SOLARIS. En ese entonces yo estaba loco o creía que me iba a volver loco y él tan solo me había enviado este correo:
"Desde otra parte de esta inmunda ciudad, recibí una carta de un viejo amigo. Creí que estaba muerto o algo por el estilo, pero no, parece que está vivo, tal vez más que yo, no sé. La cosa es que parece tener ganas de viajar al espacio. Me rasco la cabeza, me acomodo el pelo, manoseo mi rostro y procedo a leer. Sus clásicas preguntas angustiantes, trágicas, románticas, existencialistas y estúpidas, inútiles. Que parecen escritas desde la cima de una montaña en plena noche o desde lo profundo de un pozo oscuro. Cuando en realidad se las saca del culo. Para qué escribir se pregunta y me pregunta. ¿Cómo iba a saberlo? Ya le explique la última vez que nos vimos que ya no me interesa todo eso de la literatura, los poemas, el romanticismo, el problema del hombre moderno, Nietzsche, Sábato, Unamuno y todos los demás intento de poetas. El sueño de la filosofía termino hace años para mí. Definitivamente no tengo tiempo para haraganear. Todo eso es tiempo pasado para mí y pensé que con Pallers había pasado lo mismo, pero parece que no, sigue con sus locuras. Solo sé que ha estado escondido estos años, como siempre lo hace, y de vez en cuando lo busco en sus escritos como hoy con esta pesada carta. Pero no. No voy a dejar arrástrame de nuevo, no señor."
Silenciosamente. Archivé el correo, lo pasé a un word y lo envié a cuanto concurso literario pude. Era eso o las entrevistas laborales o simular que aun seguía enfocado en la universidad. Con Soto rara vez volvimos a hablar de eso que llamamos parafraseando Los Indios Solaris. El silencio avispó en mi cuarto nuevamente. Prendí la televisión. No iba contactarme con coso e iniciar una pelea -con Soto, perdón- vía wpp al pedo. Me prendí uno. Abrí la ventana. London detected. Ideé. Craneé. No iba a decirle que estaba escribiendo descuidando un poco los detalles. Ni que comenzáramos a escribir a cuatro manos como aquella vez. El humo comenzó a invadir mis sentidos rápidamente. Ya era el horario de Twin Peaks. Y no podía perderme ese capítulo. Prendí la tele. La compu seguía prendida con el archivo abierto. Me levante y apagué la compu. Volví a acostarme. Se podría hacer un libro de ensayos a partir de la palabra prender y acostarse. Me relajé. Una hormiga solitaria había bajado hasta el control remoto y juro que mi miopía detectó en ella un movimiento en sus antenas. Como si me estuviera mirando o como si alguien me estuviera mirando a través de ella. Pensé en escribir un relato que se llame Línea Oscura. Pero solo lo pensé. Un viento fuerte se precipitó desde la ventana haciendo volar todos los papeles y el libro de Dick a la mierda. En la locura de las cortinas y el ventilador natural. Dejé entrarme en la serie de Lynch. Al terminar el capitulo escribí en un cuaderno gloria esto que imaginé parte del proyecto:
"Mejor...mejor...mejor...mejor...viejos amigos que se parecen al recuerdo de la muerte. Es un infierno esto. Los puntos inexistentes que preciso borrar".
Puse La sonata de Kreutzer y del cielo comenzaron a oírse truenos. Continué.
"Siempre parece haber un "mejor" que empeore las cosas las posibilidades de ser siempre se nos van a escapar y nos dejan con las ganas de haber probado otros caminos de abrir otras puertas, sin importar nada puertas que siempre parecen cerrarse automáticamente cuando uno logra abrir alguna de ellas mejor hacer esto mejor lo otro o ambas o no hacer nada intentar todo y perderse y quedar exhausto con las manos vacías maldito amor malditas amistades malditas obligaciones maldito compañerismo y respeto hacia el prójimo las cosas se me mesclan y como no se iban a mezclar si solo estoy intentando dormir en un cuarto a oscuras solo yo y mi pensamiento de nuevo que va retomando a modo de juego todo lo que pensó y vio durante el día comprar aquel sanguche de milanesa fue muy mala idea lo pagamos caro lo pudimos haber conseguido más económico y sobre todo más temprano si hubiéramos obedecido al primer instinto que tuvimos pero no especulamos con otras puertas y otras oportunidades más que siempre se nos ofrecen la chica del subte se parecía a otra y si le hubiéramos preguntado educadamente su nombre quizás nos hubiéramos enterado que también tenía ese nombre prohibido o no y chau con las similitudes y coincidencia qué oportunidad desaprovechada de asustarnos o de reírnos un poco el vendedor se puso molesto parecía que ni hambre tenia solo quería encajarnos su mercancía a la moda y obtener algún billete de cien tuvo suerte conmovió a uno de nosotros que andaba adinerado y con el miedo de que el individuo en apuros nos pegue algún sopapo por malos clientes mis cuadernos de juventud tardía y con tiempo libre al parecer gustaron me decía que había escrito en una página una cantidad exagerada de veces el nombre del filósofo Nietzsche yo no me había percatado de esto porque ahora leía Cioran quizás es que no quería que alguien se confundiera de autor o peor aún que en el momento de escribir la primera cita no tenía la más remota idea de que la siguiente seria del mismo escritor y así un par de veces más su modo de leer era impresionante le sacaba agua a las piedras, quedo fascinado con una hoja en blanco yo siempre pensé que ese truco era para hacer una pausa en las lecturas y así no mezclar todo él decía que ese espacio en blanco hablaba mucho y que hasta podía describir momentos cruciales de mi vida no sé cómo se tomó mis palabras, cuando le dije que era un espacio en blanco y nada más que dejaba porque no me gustaba escribir detrás de la hoja que tenía un dibujo por delante pero ahí está de nuevo el problema él al quedarse callado habrá pensado en otra interpretación posible para mis actos quedando de esta manera con la absoluta certeza de que nada de lo que hacemos es casualidad y que todo sea lo que sea remite a algo de la vida que uno viene llevando desde el primer momento como se pueda pasaron muchas cosas más en un tiro momento yo quería hablar de princesas rescatadas por sus príncipes después de vencer al malicoso dragón y él o ella ya no sé yo no sé no solo se limitaba a traerme a la realidad con algún golpe bajo o entrevista laboral diciéndome que no sueñe más que lo hecho hecho está que no me iban a perdonar los errores por el simple motivo de que ya no hay un porque, y que ella es feliz sin mí y nos separamos en donde corren los trenes porque nuestras vidas reales dándole la maldita razón a él nos apuraban con alguna tarea para entregar con urgencia y en mi caso con algún deseo de ver la televisión tranquilo y descalzo. Sanata."

Me puse a analizar lo que había escrito. Tracé flechas sobre las oraciones. Resalté tres palabras.
PUERTAS
PIEDRAS
PALABRAS. ¿Captaron? Habían captado el mensaje.
Un sobreviviente intenta abrir puertas que se convierten en piedras, escombros. Pero y ¿Las palabras? Las palabras explican los hechos.
Me sentía mejor.
Mejor...mejor...mejor...mejor...me sentía mejor, pensaba que tal vez comentaría la idea con Soto, con Pallers. No sé. Necesitaba la plata. A veces pensaba en cortarme solo de querusa y pensar en el futuro. Pero el futuro había llegado hacía rato. La ciencia ficción pasa en un pasado del que no se puede despertar. Ahora no había dudas, de que lo mejor que podía hacer era detener todo, la lectura, la tv, la tecnología y recostarme en la cama a ver si podía dormir un rato. Mi celular se estaba cargando. Afuera llovía. No les avisé nada. Y me mandé a escribir, pulir, eso que llamaría El proyecto.
¿Palabras? Usarlas con los muertos.
Esto era solo el comienzo.


La idea tomó color al evocar una película que Soto me había recomendado en el canal chinear. Esto fue lo que escribí:
Reseña de un joven encerrado en una habitación.
Chuck Palanhiuh -¿así se escribe?- el escritor del brutal libro de romance pornográfico El club de la pelea, recomienda -en una escena que aparece en la película- que las personas solitarias dejen la masturbación, conozcan gente del sexo opuesto y salgan a las calles a recibir golpes.
Así, como decía Pascal, comienzan los problemas. Al salir de la habitación ¿Era Pascal o Montaigne?
Dejemos de lado las imprecisiones. Fue el Papa quien dijo: chicos, hagan lío. (Quilombo, disturbio, etc)
Tengo un tío bukowskiano que cuando el sumo cuervo dijo eso lo rajo a puteadas en todos los idiomas en los que el mandamás tiene configurado el twiter.
Quiero ir al grano. A granel
Las habitaciones ya no oprimen el alma. Con un click de distancia estamos viendo infinidades de experiencias que sabemos de otros.
El presidente de una corporación es encontrado infraganti jugando golf con el presidente de la competencia luego de publicarse en un diario que ambas empresas estaban enemistadas a muerte. A un pibe lo degüellan en medio oriente por ser un espía. Una mujer pasea perros y lucha contra el problema del maltrato animal, vive en el mismo edificio donde una escorts independiente atiende ejecutivos de tercera línea. Motochorros entran asaltan sin piedad familiares de gente postrada en clínicas a las tres de la mañana. Familias que no se hablan en todo el año se reúnen en navidad. Bailes atestados por el nuevo toy fenomenal de la música furor llamado trap. Atentos. Los raperos siguen siendo los antigüos griegos. Solo que se convirtieron en sofistas bien pagados.
Los mismos boliches de los que el dueño posee clínicas, departamentos, diarios, canales de tv, empresas. Etc etc etc. No inventemos.
Todos alguna vez fueron niños. Niñas. Por más que tuvieran la infancia más terrible. ¿Que sucedió? 
Contrariedades. Es que las llaman. A flor del día..¿Se pueden decir tantas? Perdónenme. Siento que le pifio con esto. Prosa forzada. La vieja y confiable.
¿Vieron la película Roma? Bueno. Creo que va a ganar mi tío Óscar.
InSeguridades.
Las vidas que contemplamos seguros les pertenecen a otras personas que nos reflejan virtualmente a nosotros. Que en el fondo querríamos ser ellos. Ellas. Y vemos cómo a ellas les alcanza y a nosotros no. Y nos quedamos que si. Que no.
Las luces de música electrónica estallan al filo de las intermitencias. No podemos salir del encierro de la habitación porque no queremos. Confiamos tanto en la virtualidad. Admitámoslo. Como en una fiesta electrónica. Estamos seguros en ella.
Seguros estemos. Pero no neguemos. En que después de quedarnos dormidos aun continuemos en este largo letargo del que solo la masturbación intentará, como un virus, como dijo el poeta Linh, dar señales de que estamos vivos, o mejor dicho, despiertos, mediante golpes, como los que se dan en el club de la pelea.

La noche se abría.
Eran las cuatro de la madrugada. Yo seguía escribiendo. Consultando libros. Las calles aun mojadas no veían pasar a nadie. Hasta que de repente, algo pasó en las intersecciones de la calle Uruguay y Brasil. Un ruido fuerte que alertó a los pocos que permanecían despiertos a esa hora. Las luces del barrio se apagaron por completo y se volvieron a prender inmediatamente. Se había formado una especie de pozo como si algo hubiese caído desde el cielo y de allí salía una especie de humo intenso. Al rato aparecieron los polis y los bomberos pero nadie se animaba a bajar. Quien termina antes vuela. O mejor dicho quien baja a lo oscuro temerá primero.
Era malo el comienzo.

En otra parte de la ciudad. Soto llegaba de trabajar. Salteemos la parte de acomodarse dentro de la casa del árbol. Chequeó su mail. Y ahí estaba. El proyectado. Que buen texto hubiese sido, se dijo Soto tiempo después mientras caminaba rumbo la entrada de la facultad de ciencias exactas, si el pibe le hubiese puesto mas ganas para terminarlo como la gente ¿Pero qué era terminar un texto como la gente? ¿Cómo lo hacían esos lameloides colegas de la academia? Soto notó que utilizaba nomenclaturas propias de los textos de ciencia ficción que estaba leyendo últimamente y decidió permanecer en silencio, mientras dejaba irse hacia uno de los prácticos de termodinámica en donde ayudaba dando clases. Clases que eran consideradas por los estudiantes como clases fuera de lo común, clases extraordinarias, porque Soto hacía lo que quería. Se iba por las ramas. Se relajaba. Exponía, por ejemplo, en una lección de algún pensamiento de Planck con algo de Platón que consideraba aburrido, pero muy aburrido y pasado de moda, con un paralelo de lo que Nietzsche y Heisenberg pensaban del tema, y ahí la clase se perdía, se iba por el delirio, ya que el profesor Soto y su vida eran Nietzsche y Heisenberg desde que tenía memoria. Entonces hablaba de los alemanes pensando en lo que pensarían los estudiantes primerizos que estuvieran escuchando una clase de Nietzsche y Heisenberg por primera vez. Y empezaba a hablar y los estudiantes participaban, hasta que el profesor se transformaba en Harrison y  proponía una lectura distópica, una de sus tantas lecturas, trazando un paralelo de la vida del filosofo alemán Nietzsche, con lo que había sido su caída en Turín (recomendable es la lectura previa de las cartas y las consideraciones intempestivas, donde la cabeza descansa pero el estilo no), cuando le llegó la locura y el fin, en una calle perdida, y sus posteriores días envueltos en pleno delirio, con pequeñas aproximaciones de la vida de Heisenberg tan ligada a lo oscura y las zonas de incertidumbre. Todo así hasta que paraba... y aquí Harrison-ex Soto-se detenía, y enfatizaba un poco sobre lo que conocía literariamente de algunos pasajes de la primera parte-parte que en realidad era la única que había leído- del Ulises de James Joyce; y se enfrascaba un poco en eso, y los símiles que podría haber tenido tal lectura en una lectura posterior y faranduleada-seguramente mala, decía Harrison- hecha por Marilyn Monroe, en su famosa fotografía sosteniendo tal libro y en su posterior vida llevada al exceso, diciendo Harrison que eso era bueno pero también malo, sin decirles a los estudiantes, que había que buscar ese famoso punto medio de las cosas, el punto medio oriental, que Harrison detestaba, mas por no considerar que ese pensamiento que tal vez tanto admiraba a Nietzsche y Heisenberg por su devoción discipular a la distancia para con sus amados Schopenhauer y Einstein, sus ideas, desdeñadas por Harrison, por tener una vieja bronca contra un ex amigo que le gustaba a Borges y que decía que el punto medio era algo propio de sus ideas Borgeanas-Nietzscheanas-Schopenahuerianas , cuando Soto -perdón, Heisenberg- bien sabía que todo era parte del pensamiento de oriente llevado y mal comido desde occidente, acusando a su amigo de leer a Schopenhauer desde Borges, ni siquiera desde Nietzsche, la tesis que Heisenberg si defendía, en una lectura considerada por Harrison, como enferma. Totalmente enferma. Luego la lección se distorsionaba, y pasaba del epígrafe de la novela de Joyce que hablaba de los cadáveres que se destripaban en la sala de autopsia, a los asesinatos inconscientes de Charles Manson obedeciendo a una especie de mandato divino y la clase delirante era ambientada con dos o tres temas de Marilyn Manson que hacía que algunos estudiantes-bastantes- se retiraran del aula y se perdieran la parte que mas le interesaba a Harrison: que era el rescate del filósofo alemán por quien fuera considerado su mejor amigo en el final de su vida: el pintor Franz Overbeck, y como este decidió ir a buscarlo a Turín, de donde trasladó a su amigo hasta el manicomio en Basilea. Y ahí la lección concluía con dolores de cabeza. Muchos. Los pasillos estaban imantados de flores y plantas de todo tipo; y esto a Harrison le pareció desagradable y antiestético. Todo es estética, se repitió, mientras empezaba a subir las escaleras. Y llegar al aula para dar una de sus tantas clases. O mientras recordaba lo que le había escrito su lejano amigo Pallers.

Pallers pensó, pensé, al mirar a los estudiantes de Soto, que tenía que rescatar a uno que hacía mucho no venía.

Estudiar por comodoro.

Fue ahí cuando paré de escribir, me acosté a dormir y comencé a soñar. Cosas que ya había escrito.
-¡No veo un carajo!- dijo Pallers, en el sueño, con la voz agitada, mientras llegábamos a las vías del tren.

La prosa debía ir mas rápida. El profesor Harrison bien lo diría. Aun recuerdo el dia en que empezó a contarnos toda su historia. Recuerdo como nos reímos. Soto estaba con nosotros.

Un viento fuerte levantaba remolinos de tierra y parecía que estábamos en el medio de una tormenta de arena o de lo que más bien era la ante sala a una tormenta fuertísima.
-¡No se ve nada!- gritó otra de las dos voces- ¡está todo oscuro!, ¡mirá arriba!- era Soto, porque señaló el cielo, que tronaba desde que habíamos entrado al supermercado.
Pallers había atracado a la china con su amabilidad. Ya en las vías. Nos detuvimos en unos pastos altos para que nadie nos vea, cerca de la salida del paso nivel, muy alejados de la plaza y de la estación. Y nos tapamos las caras con las remeras del equipo para que no se nos meta la tierra y el viento. Ni jao, china de mierda, le dijo, dame todo, dale. Permanecimos un rato callados, escuchando el viento poéticamente helados. Con Soto le hacíamos de campana. Y el seguridad, ¿dónde estaba? oscurecía por su ausencia. Helarte: cagarte de frio. Y de repente, zas, te cagás de calor. Un tren carguero pasó bocineando y pareció que saludarnos. Las luces del chino se apagaron de repente. Nos pusimos-lo reconozco-un poco nerviosos. La tarde noche pareció apagarse, como quien olvida dejar las luces prendidas del patio antes de irse a dormir porque el interruptor que está afuera de la casa está lejos y se observa que el cielo está amenazantemente oscuro. El hijo de puta del seguridad venía por nosotros. Bueno, asi estabábamos. Porque se venía la tormenta. El cielo se había oscurecido. Corrimos. Nos refugiamos.
Empezamos a tratar de poner las cosas en claro.

"¡¿ Cuánto hay?!", pregunté gritando. Agitado.
-¡Hay como cinco lucas!- dijo Pallers, que era el que tenía la plata.
-¡¿Cómo sabés?!- retrucó el narigón Soto.
Las primeras gotas empezaron a caer y a mi me parecieron frías. Pero a quien le importa esto. El viento también, porque por un momento dejó de soplar y se quedó en silencio, como si quisiera escucharnos.
-Pensás que te voy a cagar, ¿No?
No, dijo Soto, no es eso, es que hay que repartir e irnos a la mierda.
Escucharon alguna vez a alguien hablar asi. No sé por qué pero al verlos pelear me dieron ganas de matarlos. Sacar el fierro y dejarlos ahí secos entre los yuyos. Ah, si me descubrieran dirían:

Joven estudiante inconcluso de física mata a dos amigos luego de asaltar un supermercado chino.

Escribidor de ciencia función mata cómplices amigos.

Me limité a decir: "Que mierda hicimos." Lo busqué: #...

Los hashtag son buscadores seriales.
-Vamonó a la mierda- dijo Pallers, que era el que nos había llevado hasta ahí.
-Pero si vos nos trajiste acá- ya re sacado el narigón.
-Si ya sé...pero era para...
-Si, vos nos trajiste- lo acusé yo- Pallers, repartí la guita y listo.

Pensé en sacar el fierro y apuntarle. Si lo hacía, quien sabía lo que pasaba. Por un segundo tuve la sensación de que lo iba a matar si no lo hacía, si no nos daba la plata. Esto al narigón lo sacó y también de paso pensé en liquidarlo como una declaración jurada. Quien le iba a contar todo a la policía. Había que hacerlo para contarlo.

Los chinos habían alertado a los polis y con los polis iban los bomberos detrás. Fue ahí lo de la ciencia función. El Ubik. El profesor.

Empezó a llover torrencialmente. Todo se detuvo en un suspenso. Y el muy hijo de puta salió corriendo con la guita. Lo corrimos pero en un estallido de un rayo desapareció. Caminamos cabizbajos por entre la lo lluvia hasta llegar a cada. Cuando llegué me di cuenta que ahí estaba, esperándome.

Sal a tomarte un café y vuélvete, dijo el celular. Estaba nuevamente entre los escombros de la habitación y el tiempo estaba pasando.

Allá. Ahí. Acá.
Lugar del hecho:
Intermediaciones de las calles Brasil y Uruguay. Ciudad de La Plata, a pocas cuadras de Tolosa, donde vivía en casa de mis padres.

Situación:
La parte más inconveniente de todas es cuando te das cuenta de que matás a una persona. Y vos dale. Che, seguías viviendo con eso como si nada. Liberado de toda culpa. Esto te enseña la ciencia. La ficción. A soltar y a desobjetivizar eso que tanto amaste. Si, pero y si no mataste a nadie...y si todo era virtual.

El proyecto:
No me jodas viejo si vos sabes que mataste a tus amigos por unos pesos de mierda por un par de vidas y lo peor es que ahora sabés que el crimen no es que no paga como dicen. Que el crimen paga.

El Ubik del profesor Harrison:
Todos los primeros dias del año lectivo, el profesor Harrison nos recordaba el mismo ejemplo. Dos personas quieren competir a fin de año en una carrera. Y una de ellas entrena regularmente y la otra se echa a dormir. A la primera le va a ir bien. A la segunda le crecerá la pancita, se cansará y saldrá todo mal. Nadie le daba bola y todos se llevaban la materia a diciembre.

Detención: Soto muerto. Pallers muerto. Detenido por ser el principal sospechoso. Miles de veces me he preguntado por qué nunca pude dejar de ser el fiel intérprete de la primera parte.

En fin. Encerrado. Estaré solo un buen tiempo de aquí en más. Comiendo sobras encerrado como un animal. No está mal.

El proyectado.Se convertirán en lo que más odian.



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